El sentirnos débiles ante determinadas situaciones, el vernos cerrados y no ver una salida hace que nuestras acciones dejen de estar sujetas a nuestra voluntad, y aceptamos aquello que consideramos moralmente cruel. Eva se ve envuelta en una situación personal y económica asfixiante que la conducirá a tomar una decisión de la que se derivarán graves consecuencias. Cegada por la necesidad de conseguir dinero para liberarse de unas deudas, dejará a un lado sus valores humanos sin saber que de esta manera saldrá de un infierno para meterse en otro.