LO MEJOR:
1- Los archivos. Lo mejor de la cámara son los tipos de clips que graba. Se puede escoger entre cuatro variantes de ProRes (todas 4:2:2, 10 bits e intraframe) o RAW CinemaDNG con tres tipos de compresión. Ninguna cámara de este segmento (ni la mayoría de las que son mucho más caras) graban ficheros de tanta calidad y tan agradecidos en posproducción. La resolución va de 4096×2160 a 60p a 1920×1080 a 120p y es previsible que en futuras actualizaciones permita grabar Blackmagic RAW.

2- El sistema operativo. Sencillo, intuitivo y rápido, a años luz de la competencia. Además, muchas de las funciones se pueden controlar vía Bluetooth.

3- El tamaño de la pantalla. Lo que más llama la atención la primera vez que coges la cámara es la enorme pantalla de 5 pulgadas, táctil y con bastante brillo.

4- Rango dinámico. Oficialmente Blackmagic dice que la cámara da hasta 13 pasos. Y lo he podido comprobar realmente, he llegado a 13 pasos y medio.

5- La cámara viene con una licencia de Davinci Resolve Studio, hoy en día uno de los mejores programas de posproducción que existe. Un valor añadido incuestionable.

6- La variedad de soportes de grabación. CFast 2.0, SD UHS-II e incluso discos SSD a través de USB-C. Es difícil ponerle pegas a semejante cantidad de opciones.

7- Textura de imagen. El sensor es relativamente luminoso, pero a partir de 3200 ISO vamos a tener ruido. Lo bueno es que es un grano “agradable”, alejado del ruido de ganancia típico de otros equipos. Además, con Resolve Studio se puede eliminar fácilmente.

8- Un despliegue de todo tipo de entradas y salidas, entre las que destaca un HDMI de tamaño normal o entrada de audio balanceado con alimentación Phantom.

9- LUTs. Se pueden utilizar LUTs 3D tanto para monitorización como para grabación.

10- El precio. Teniendo en cuenta que incluye Resolve Studio que cuesta más de 300€, es difícil de mejorar.

LO PEOR:
1- Duración de la batería interior. Nada demasiado grave, como en cualquier tipo de cámara de cine, hay que usar baterías externas para rodajes largos.

2- Pantalla no abatible. Es cierto que la pantalla mola, pero el hecho de que sea fija hace que en algunas posiciones sea realmente incómoda. Nada que no se pueda arreglar con un monitor externo. Ahora tenemos excelentes alternativas a muy buen precio. Además para rodar cine el monitor es imprescindible para controlar correctamente el foco.

En mi caso preferí la versión 4K sobre la 6K por dos motivos:
1- Si quieres rodar en 4K, la versión 6K hace un crop sobre el sensor. Y además no te permite usar ProRes. Completamente inaceptable.

2- Se necesita un ordenador increíblemente potente para editar en 6K. Y seamos honestos, ¿quién necesita 6K? No olvidemos que las principales películas del Hollywood se siguen rodando tanto con Red como con Arri Alexa a 3.4 K.

3- Disponemos de unos juegos de objetivos CINEMATOGRAFICOS en versión M4/3 con una calidad insuperable y a precios casi regalados. Los MEIKE T2.2 en esférico, y los SIRUI en ANAMÓRFICO. Imposible pedir más por tan poco dinero. Junto con la BMPCC 4K obtenemos un conjunto IMBATIBLE.

POR EL PRECIO POR EL QUE AHORA PODEMOS COMPRAR ESTA CÁMARA ES UN PECADO PENSÁRSELO SIQUIERA.