Ciertamente no es muy objetivo -en esta profesión,concretamente-, autocalificarse, ya que un actor depende mucho del juicio del espectador o radiooyente
Ahora bien, lo que puedo atesorar, sin la menor duda es de la «espartana» disciplina a la que me someto, desde el momento en que se me requiere; de la seriedad e implicación que se precisan para que todo el equipo funcione perfectamente ensamblado como las piezas de la compleja maquinaria requerida para el montaje de cualquier espectáculo, sea teatral, cinematográfico o radiofónico..